Sydney Possuelo, protector de los indios amazónicos
Sydney Possuelo nos cuenta que hace 527 años, cuando Cristóbal Colón desembarcó en América, vivían en la selva amazónica de tres a siete millones de indios.
Hoy día apenas unos pocos centenares de individuos de pueblos indígenas sobreviven, así como algunos grupos aislados que nunca han contactado con nosotros, los llamados «civilizados».
Según Possuelo, es mucho mejor que esas tribus sigan sin contactar.
Él sabe de los indios amazónicos más que nadie: lleva desde los 18 años en la selva, es lo que denomina un sertanista (que significa experto en la selva).
Se erige este hombre en protector de esos indios aislados, que tienen derecho a su propio mundo, según sostiene Sydney Possuelo.
Ha sido Héroe del Planeta para la revista Time .
Sydney Possuelo, una vida dedicada a la selva
Nació en Minas Gerais, hace 79 años, y vive en Brasilia… y en la selva.
Es sertanista (‘sertão’ es jungla), y más concretamente, especialista en tribus remotas.
Padre de siete hijos (entre los 12 y los 42 años) y abuelo de tres nietos.
Sydney Possuelo no profesa especiales ideas políticas ni religiosas; su principal preocupación y dedicación es la protección de la Amazonia y sus tribus indígenas. Y no es poco.
Su deseo era emular a los hermanos Villas Boas, exploradores que desde los treinta contactaban con los indios.
En 1991, Sydney dirigió el Departamento de Indios Aislados, del Ministerio del Interior, consiguiendo duplicar el territorio protegido.
Un territorio de una superficie superior al doble de la península Ibérica, que tristemente hoy han reducido a menos de la mitad, con pocos guardias.
El error de contactar con las tribus aisladas
Considera Sydney Possuelo, que aunque su intención clara era ayudar a los indios amazónicos, contactar con según que tribus aisladas, fue un error:
«Contactar. ¡Desastre! Contactar con blancos lleva al final de esa tribu, inexorablemente… Se contagian de gripe y neumonía, mueren la mitad. Otros se alcoholizan, y desaparece una cultura, una lengua, una tribu».
Actualmente se conoce de la existencia de 22 tribus aisladas. Estas tribus nunca han tenido contacto con personas provenientes del «exterior». Su vida transcurre desde hace decenios centrada exclusivamente en su territorio oculto en el corazón de la selva amazónica.
Possuelo sostiene que lo mejor es no contactar con ellos, no pisar su territorio y dejar que esos indios sigan como están. No debemos alterar la manera como estos pueblos llevan viviendo desde siempre.
La tribu de una sola persona
Las tribus aisladas no suelen ser muy numerosas, de veinte a doscientos individuos, la mayoría grupos pequeños, supervivientes de comunidades previas.
Lo sorprendente es encontrarse con un grupo que ha quedado reducido… a una sola persona.
Explica Possuelo que este individuo vaga por una zona concreta y pernocta en su cabaña.
Él pudo entrar en una ocasión, mientras el indígena no estaba.
Dentro vio que este había excavado un pozo, y sus cosas se encontraban abajo; piensa Possuelo que el indio debe de sentirse así más seguro.
«A distancia nos dijimos cosas. Su lengua es distinta a todas las conocidas, no pude entenderla: desaparecerá con él».
La mayoría de veces estos indios aislados no saben de la existencia de nosotros, y los que lo saben se alejan hacia el corazón de la selva, a las cabeceras de los ríos, a los rincones más remotos.
Hace años, una tribu quiso conocer una ciudad, debido a que había visto construir la famosa carretera transamazónica.
Possuelo les ayudó en su viaje, pero este fue un desatre, según el propio Sydney:
La tribu quedó diezmada por enfermedades, y se fragmentó…
«Encontré una madre muerta en la selva, con un bebé –una niña– que intentaba mamar… La salvé: hoy vive. Por eso hoy prefiero que me disparen sus flechas».
La selva amazónica: nunca exenta de riesgos. Tampoco para Sydney Possuelo
«Una noche cerrada atacaron el primer fortín que hicimos con mis colegas exploradores en un calvero de la selva. Nos salvamos al encender unos focos de luz con el grupo electrógeno: huyeron asustados. Si no… hubiésemos muerto todos bajo sus flechas».
Cuenta este hombre que, aun siendo como es protector y defensor de los indios amazónicos, no ha podido en evitar en ocasiones verse atacado, e incluso herido:
«Tienen muchísima puntería. Una flecha me desgarró la boca. Por suerte no estaba envenenada y pudieron extraerla. Más letal aún resulta su uso de la maza».
Tristemente, en una ocasión, un grupo se hallaban parlamentando con unos indios. En un momento preciso, uno de ellos interpretó alguna cosa mal, y golpeó con su maza fuertemente en el cráneo de Sobrão, amigo de Possuelo.
Al resto de blancos, no les quedó más remedio que huir a nado hacia el barco. Seguramente, la mejor decisión que podían haber tomado para salvar la vida.
El futuro incierto de la Amazonia, según Sydney Possuelo
“Demasiada tierra para tan pocos indios”, es una expresión poco amigable pero, tristemente, frecuente en la actualidad. Es por ello que a Sydney Possuelo el futuro de la Amazonia de se le antoja incierto.
«Para Bolsonaro, los indios no tienen derechos… Lula, destruyó la economía, en perjuicio de los más pobres. Y Bolsonaro, autoritarista, ahora nos niega recursos».
Los protectores de estos indios se sienten débiles, ahora. Y el futuro de los indios depende de ellos.
«Yo, sea como sea, seguiré defendiéndoles», afirma con convicción este hombre, Sydney Possuelo, defensor de los indios amazónicos.
Fuentes recomendadas: Entrevista en La Contra de La Vanguardia, por Víctor-M. Amela. 21/11/2019.